Para reactivar la economía, generar empleo y aminorar el déficit fiscal, el presidente Martín Vizcarra necesita promover enormes inversiones. Su principal apuesta para lograrlo es acelerar la reconstrucción del norte, que comprende cientos de obras a las que se destinará la suma de S/ 7078 millones sólo hasta diciembre, pero eso no será suficiente si quiere alcanzar una expansión del PBI mayor al 4%.
Si lograra destrabar y sacar adelante la lista de grandes proyectos mineros y de infraestructura que tiene el país, Vizcarra podría llegar al fin de su mandato (año 2021) sin alcanzar las cifras prometidas por su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, pero dejaría al país en la senda del crecimiento. A continuación el status y retos de los proyectos de inversión de mayor tamaño.
Gasoducto Sur Peruano: Es un megaproyecto que lleva más de un año paralizado tras haberse resuelto el contrato con el consorcio que lo estaba construyendo, el cual era liderado por la brasileña Odebrecht, envuelta en los casos de corrupción más grandes de la región. El analista Humberto Campodónico calcula que se ha invertido en el gasoducto alrededor de US$ 1500 millones pero el monto total de la inversión se ha estimado en más de US$ 7000 millones. Por lo pronto el Gobierno ha anunciado que reactivará la iniciativa, cuya ejecución puede sumar un punto porcentual al PBI, y que se incluirá, nuevamente, un proyecto petroquímico que genere demanda para el gas natural y los líquidos de éste. Proinversión espera licitar nuevamente el ducto al sur a inicios del 2019.
Línea 2 del Metro de Lima: El Ministerio de Transportes anunció, a inicios de mayo, que el primer tramo de la Línea 2 estará operativo en tres años. Recién en el 2024 se espera la culminación de la obra que unirá 13 distritos, conectando Ate con el Callao, y que representa una inversión de US$ 5500 millones. Los retrasos y dificultades han sido una constante con el proyecto que, inicialmente, debía estar culminado este año. Actualmente, el avance de la obra no supera el 10%.
Juegos Panamericanos: El 26 de julio del próximo año será la inauguración de los XVIII Juegos Panamericanos, uno de los certámenes deportivos más importantes del orbe que tendrá como sede a la capital. Ser anfitrión de estos juegos demanda una serie de obras y proyectos que, según el Gobierno, están encaminadas para llegar en el plazo adecuado. En la tercera semana de mayo, la Gerencia de Proyectos e Infraestructura del Proyecto Especial Lima 2019 informó que la Villa Panamericana (donde se alojarán los miles de deportistas que llegarán) tiene un 40% de avance; las obras físicas en la Videna están al 10% y las del complejo de Villa María del Triunfo a un 6%. Todas esas obras deben estar culminadas en marzo del 2019.
No obstante, hay otros proyectos que aún no se han iniciado, pero el Gobierno asegura que son trabajos de rápida ejecución que estarán listas para la inauguración.
Tía María: El factor social ha sido la muralla que ha impedido a Southern Copper
ejecutar un proyecto minero que representa una inversión de US$ 1500 millones. De momento, Vizcarra ha señalado que “tomará un tiempo” disipar las dudas de la población que se opone al proyecto pero sus palabras sólo reavivaron la oposición. El ministro de Energía y Minas que ha puesto el nuevo presidente, Francisco Ísmodes, tiene larga experiencia en la gestión social y se espera que, junto a los esfuerzos de la empresa, logre tender mejores puentes de comunicación para que finalmente se pueda construir la mina.
Mina Justa, Pampa de Pongo y Corani: Se encuentran en Ica, Arequipa y Puno, respectivamente, y sus promotores son Minsur, Jinzhao Mining y Bear Creek, en ese orden. Entre las tres suman más de US$ 5000 millones de inversión, pero el grueso de ese capital están en las dos primeras. La consultora EY pronostica que los tres proyectos se pondrán en ejecución este año. Ojalá así sea.
Quellaveco y Michiquillay: Entre los dos proyectos suman alrededor de US$ 7900 millones de inversión minera. La gran interrogante es cuándo serán ejecutados. Anglo American, impulsor de Quellaveco, debe definir la forma cómo desea sacar adelante la mina. En los últimos de mayo se supo que tenía la intención de vender parte de su participación a empresas japonesas con la liquidez necesaria para entrar a la etapa de construcción. En base a esa respuesta, el Gobierno debe facilitar la ejecución del proyecto. Con Michiquillay los plazos serán más largos porque aán falta la elaboración de diversos estudios y, sobre todo, el trabajo con las comunidades donde se espera un trabajo conjunto entre el Estado y la empresa.